domingo, 8 de junio de 2014

Sentémonos antes de hacer camino

Sentémonos antes de hacer camino (las rocas serán guijarros).

               Camino de apartaderos. Mérida.                                                                                             Jun 2014   © amorenot


Siempre vale la pena hacernos nuestro camino antes de andarlo, tomar nuestro tiempo para verlo, para imaginarnos que deseamos tener a la otra punta, cual es nuestro sueño, y cuáles las satisfacciones que van a llenar nuestro corazón, cuando veamos el trecho recorrido. Por muy corta que sea la ruta que, sentémonos a pensarla, a soñarla.

Siempre un sueño bien consolidado, que hemos bajado de la nube y hemos vuelto al menos algodón de azúcar, será más fácil de lograr, será más seguro… será más seguro porque lo podemos palpar, definir, saber que tan lejos o empinado está, si lo hemos de lograr solos o junto a alguien, si hemos de llevar muchas herramientas para hacerlo, si nuestro alimento del cuerpo y del alma son suficientes y si no lo son donde los hemos de encontrar.

Siempre sentarse antes de emprender camino es buena idea, si necesitamos nos hemos hacer de compañía y contar nuestros sueños a alguien que nos guíe, que nos de fortaleza, que nos de entendimiento del camino, que nos ponga en realidad de lo duro o largo que será lograrlo, pero sobre todo que nos anime a conseguirlo, que nos ayude a buscar en nuestras mochilas, esas fortalezas, esas competencias de las que les he hablado otro día en mi Blog. Y si esa compañía se anima a venir, pues mejor aún que el camino conversado se hará más llevadero.

Las distancia y los tiempos son relativos, de ellos nos ocuparemos, pero no solo de ellos nos preocuparemos, lo que para algunos puede ser muy largo a nosotros se nos puede hacer más corto y dispondremos del tiempo que el tic tac de nuestro corazón nos mida, lo que sí es absoluto aunque paradójicamente inmedible, será la magnitud del logro final, es como cuando nos ha tocado pasar de un lado a otro de un río, sorteando sobre una y otra piedra, al pasar seguro hemos mirado la orilla dejada atrás y nos sentimos orgulloso de haberlo logrado... aun teniendo nuestros pies mojados.

Ese pensar en la otra orilla, en todo lo deseado, en las nuevas vías y metas que se nos abren, no podemos de dejar de construirlo, porque ese será el mayor y mejor alimento que tendremos para el logro, ese pensar será la llama del globo que nos hará subir.

Ya nos encargaremos mañana de pensar en el detalle de la rutas, en las encrucijadas que tendremos que decidir, también pensaremos mañana en los guijarros que dificultaran nuestro andar, en las piedras que cerrarán nuestros caminos, pero que haremos rodar para abrirlos o los caminos que habremos de abrir para rodearlas.

Así que hoy los invito a reflexionar sobre nuestras sueños, Sentémonos antes de hacer camino, que seguro que de las rocas haremos guijarros.

Alberto Moreno T.
8 de Junio de 2014

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Ing. Alberto Moreno T.