sábado, 30 de agosto de 2014

ENCONTRAR NUESTRA BRÚJULA INTERIOR


Brújula: Instrumento formado por una esfera y una aguja imantada en su centro, que puede moverse libremente y sirve para orientarse espacialmente, señala siempre el norte magnético.

Mapa: es un plan que establece, a grandes rasgos, la secuencia de pasos para alcanzar un objetivo donde se puede especificar tiempo y recursos necesarios.



Brújulas imágenes varias fuente: Google.                   Composición @amorenot Ago. 2014 


Qué difícil es poder usar un mapa sin una brújula y una brújula sin un mapa, solo  podrá indicarnos dónde queda el norte o el sur pero no para dónde debemos de ir.

Con frecuencia nos encontramos en una encrucijada de vida, en esos momentos en que necesitamos tomar una decisión, seguramente tendremos varias alternativas, si es que las podemos ver, como flechas en el camino, en otros casos nos topamos con esa encrucijada en medio de la noche, cuando la oscuridad de nuestros pensamientos no nos deja ver más allá de nuestras manos.

También podemos estar en esos momentos de decisión, con un plan en las manos, pero no lo sabemos interpretar, plan inclusive, que nos ha tomado mucho tiempo construirlo, prepararlo, hemos estudiado carreras universitarias, tomado cursos y especializaciones, hemos seguido de cerca a la pareja de nuestras vidas, ahorrado para incrementar nuestro capital y aún así no sabemos qué rumbo tomar.

En nuestras vidas, por mucho tiempo, hemos reforzado paradigmas de felicidad, construido con bienes materiales, relaciones sociales, títulos y honores y cuando nos miramos, cuando nos evaluamos, percibimos que no somos lo felices que teníamos pensado.

Pero, qué ha pasado?, hemos seguido las reglas: Construimos un sueño, planificamos la ruta, compramos las herramientas y alimentos para el camino, echamos adelante y cuando menos lo esperamos estamos perdidos, sin rumbo sin poder saber ni dónde estamos, para dónde vamos y en algunos casos, ni si somos nosotros mismos.

Revisamos el mapa, la hoja de ruta y pero no encontramos la vía, cada vez se nos hace más compleja y no entendemos que a estas alturas, con todo lo acumulado, lo aprendido, no logramos avanzar, estamos dando vueltas en un círculo.

¿Dónde está el secreto? el secreto está en la brújula y ahora muchos preguntaran ¿cómo es eso? que para un plan de vida, para lograr las metas y los sueños, para ser feliz, lo que necesitamos es simplemente una brújula.

Bueno, no es así, solo una brújula, al principio mencione que un mapa sin brújula no tenía mucha utilidad y ella aisladamente, tampoco era del todo útil. No podemos prescindir de nuestros mapas, de nuestros planes de vida, de nuestras rutas a los sueños, tampoco podemos decir que el atesorar conocimientos o bienes no es necesario, eso puede y en muchos caso ayuda, más no necesariamente a encontrar la felicidad, los logros planificados, necesitamos de ese azimut, esa aguja indicadora interior que colocada sobre el mapa nos indique si lo tenemos orientado.

Ese brújula interior es una de las primeras cosas que debemos de buscar para emprender el viaje, ese azimut está construido de valores, de principios, de ética.

Con los valores de respeto,  amistad, tolerancia, civismo, compañerismo, confianza, constancia, amor, humildad, paciencia, solidaridad y coherencia entre otros,  se logrará encontrar el rumbo, que no necesariamente el norte.

Si en nuestras vidas no tenemos principios que rijan las relaciones con nuestro alrededor, con nuestra sociedad, con nuestros seres queridos, con nuestra pareja y amigos, con la naturaleza y con las cosas materiales que nos rodean, es muy difícil que esa brújula tenga dibujados los puntos cardinales, sería solo una aguja girando libremente, una aguja sin imantar.

La ética es, en este caso, quien establece la escala de nuestros valores y principios, con la ética podremos definir qué tan exacta es nuestra brújula, la ética es una balanza y nuestra formación, básica, familiar cultural es la que coloca este índice, es la que nos permite verificar que es más o menos en nuestra escala. También hay que decir  que nuestra ética no necesariamente es la de nuestro vecino. Lo que si es cierto es que la ética es muy parecida entre los individuos de una misma cultura, religión o etnia, esto nos permite una valoración justa cuando estemos en nuestra área natural o cuando sepamos que estamos ante una sociedad distinta a la nuestra.

Suena difícil dentro de esa larga enumeración de valores, principios y reglas de ética, definir cómo usarlos para encontrar el camino, para orientar nuestro mapa, pero como todo lo que se parece  o es filosofía, tiene su lado sencillo, humano, digamos fácil. Cada uno de estos valores y principios son en sí muy fáciles de poderlos entender, de poder saber si los estamos respetando y una  de las mejores formas de amalgamarlos, de fundirlos en nuestro interior y construir una buena brújula, es sencillamente practicarlos, practicarlos en su mayoría, con constancia y coherencia.

Busquemos en nuestro interior esa brújula, esos valores y principios, busquemos y usemos la ética de nuestra formación para hacerla precisa, valiosa. Esa brújula interior, nos permitirá tomar el mapa correcto, la ruta correcta y aun en la oscuridad decidir los mejores pasos a seguir.

Muy importante, trata de no viajar solo, consigue siempre un compañero que te ayude a sostener la linterna, un coach que te ayude a buscar en tu mapa, que te enseñe a encontrar la brújula en tu mochila, en fin, que también comparta esos momentos difíciles y dulces de tu camino. Recuerda… tienes que tener a alguien que te tome la foto cuando llegues a tu felicidad.

Para lograr nuestras metas y sueños, necesitamos de un plan, de una hoja de ruta, pero también de esa brújula interior que nos ubique, que nos oriente… y de un compañero.

Alberto Moreno T.
30 de Agosto de 2014 

lunes, 25 de agosto de 2014

Jovenes como Ríos frescos sobre Roca

Ímpetu, alegría, frescura...
Como el agua fresca de un arroyo cantaríno, bajando de las montañas, alegres, entre musgos verdes, dejando en ellos gotas que reflejan en su cristalina superficie, la luz del amanecer, que revienta sobre los bordes de los picos y sierras de donde nacen sus aguas. Así también transcurre la vida de esa juventud, que desparpajada, sin noción de las estrictas reglas del "comportamiento" pasan por nuestro lado irreverentes, queriendo llegar al mar antes de pasar por la llanura.


    Paramos de Santo Domingo. Mérida Vzla.                                                                Junio 2014   © amorenot


Acompañar como Coach, como Maestro, como guía la juventud de hoy, no es tarea fácil, 
es más, les aseguro que en muchos momentos no sabremos quien acompaña a quien.

La personalidad, la formación, la viveza, la frescura como arroyo, nos deja como piedra en un lado de la corriente... estática, mojada,  seguro de haber desprendido algo de nuestro material para entregárselo a ellos, a esa cantarina corriente, a ese, que más adelante será río, será mar y nos deposita en la orilla como arena. Nos habrán arrancado a nosotros los coach, los maestros, los mentores, ese material que los formará, que les hará llegar a sus metas y a sus sueños.

En este instante, me imagino  una sesión  típica de Coaching, a un joven que quiere llevarse el mundo por delante, haciéndole las preguntas aprendidas: ¿Y de qué quieres hoy que hablemos?... ¿me pudieras decir en pocas palabras como te imaginas logrando tus sueños?, y el con expresiones que varían en cada lugar del mundo, contestando: "¿de que va esto tío?", "¿no será que mejor nos bajamos una app me entiendes?... una aplicación para el móvil", "no nos enrollemos, esto es más fácil que lo consigamos en la nube".

Hoy por hoy, la tarea más importante de todos aquellos que nos consideramos o nos estamos preparando como formadores (guías, coachs, orientadores) de esta juventud, será primero, colocarnos en sus tenis, nos tendremos que imaginar que ellos son como ríos, aunque hoy nosotros seamos los montes donde ellos han de cambiar su rumbo, ellos seguirán frescos e impetuosos

Ciertamente como todos los que hoy son alegres y fuertes arroyos, juveniles ríos, tormentosas corrientes, finalmente llegarán al mar, más tranquilos, con más volumen, con más sabiduría, con una mezcla de aguas, arrastrando arenas de tantas rocas encontradas, de tantos maestros, de tantos guías.

No dejemos de ser eso... guías, rocas donde el río ha de cambiar su rumbo, donde ha de dominar su ímpetu, seamos el dique que forma el remanso, el lago donde se maduran las aguas, las ideas y del que finalmente nacerán los grandes ríos, los grandes hombres.

                                     Laguna de La Victoria. Mérida Vzla.                                                                       Junio 2014   © amorenot

Como formadores, mentores, coach, maestros, sepamos que orientamos ríos, pero que somos lecho, que acariciamos arroyos y somos musgo, que una cascada no es cascada sin la roca de donde cae, que el color de un lago se debe a la belleza de la piedra de su fondo.

No dejemos que los ríos fluyan sin haber sido espuma, no dejemos que la juventud se forme sin haber sido irreverentes, de otra forma solo serán aguas estancadas, individuos sin criterios.

Hagamos nuestros Jóvenes como Ríos frescos sobre roca.

Alberto Moreno T.
Caracas 25 de agosto de 2014.

domingo, 17 de agosto de 2014

Derribando Murallas

"Las Murallas no son eternas, que del otro lado están nuestros sueños, el país que queremos, la familia con que soñamos, el trabajo que deseamos, la pareja con quien queremos compartir la felicidad de vivir, así que desmontemos sus piedras y hagamos caminos, pero debemos de iniciar a derribarlas ahora…"

"Seguro que hemos de encontrarnos con esas murallas, muchas... construidas desde nuestra niñez, desde nuestras familias, desde los valores de sociedad y religiosos, nos encontramos con eso que definimos como paradigmas"


"Lo amurallado de los paradigmas es inverso a nuestra fortaleza interior, a nuestro tesón, a nuestra voluntad".

Restos Románicos. Vic. España                            Enero 2013   © amorenot


Esas murallas interiores, como todos sabemos están construidas piedras sobre piedras, bloques sobre bloques, siempre parecen tan difíciles de traspasar, enormes, sólidas.  En el caso de las murallas que nos separan de nuestras metas, que están atravesadas en los caminos a los sueños, no podemos decir que son imaginarias, pero como he dicho tienen una solidez inversa a nuestra voluntad, a nuestra pasión, es decir cuanto mas compromiso hemos adquirido con nuestra meta, mas débiles serán las murallas que nos separan de ellas..

Cada piedra de esas murallas, cada bloque de esa "barrera limitante" está formado por creencias, tabúes, etiquetas... esas etiquetas que no son otra cosa que rápidos juicios que hacemos y nos hacemos: “no tenemos capacidad”, “somos débiles”, “en este mundo eso no se puede”, “yo no nací para eso”, “que contra eso no se puede luchar”, “que así me enseñaron”, infinidad de adjetivos y límites que nos colocamos, las derribaremos con nuestros propios recursos.

Cuando tenemos definidos nuestros sueños o metas, trazado un camino, un mapa, es el momento de registrar las mochilas, de releer nuestras hojas de vida, verificar que así como nuestra vida ha llenado esos caminos de paradigmas y trazados pre establecidos y murallas, también tenemos muchos recursos, formación, educación, experiencias adquiridas, competencias.

Ese proceso de desmontar murallas para que sus piedras sean los soportes de los caminos, es lo que los estudiosos de la neurolinguística denominan la técnica de "desaprender para aprender".

La ubicación de esas piedras angulares, donde se soportan los procesos preestablecidos, los paradigmas, las "toxinas mentales" es el primer paso, para luego desmontarlas basándonos en los pro y los contra de éstas y finalmente la sustitución paulatina por otros procesos o hábitos positivos, con beneficios para reforzar nuestros mapas, premiar nuestras pasiones y aplanar la ruta de los sueños, todo esto cumplen el ciclo de desaprender para aprender.


Con todas esas herramientas: nuestra competencias, fortalezas y aprendizajes, junto al empeño de la pasión por nuestras metas, la coherencia y constancia de ir subiendo nuestras escaleras, construiremos los arietes, las retro-excavadoras con que derrumbar esas murallas.

Iniciemos a desmontar piedras, a desaprender para aprender... "Las murallas no son eternas, del otro lado están nuestros sueños... y ahora serán nuestros caminos".

Alberto Moreno T.
17 de Agosto 2014.

domingo, 10 de agosto de 2014

Salí a enjuciar...

Salí a enjuiciar...y me conseguí unos zapatos.

Cada día que vamos a la calle, o aún antes de salir de nuestras casas, nos vestimos de magistrados (sin saberlo) y emitimos juicios de todo lo que vamos consiguiendo a nuestro paso, inclusive de lo que no tenemos relación.

Imágenes interior y exterior Cúpula.                                     Mayo 2010 © amorenot
                                                               Casa Batllo. Barcelona.

El proceso de emitir juicios es casi inherente a la condición humana. Los juicios los usamos a diario como nuestros semáforos, para decidir el momento de pasar, si cruzamos en una dirección u otra.

Existe la teoría de que no deberíamos emitir juicios, hoy, yo me voy a permitir hacer una opinión sobre este tema.

Cuando consideramos los juicios como el proceso de emitir una declaración sobre algo y no tenemos la certeza o al menos una buena base de información previa, esos juicios sería mejor no emitirlos. Cuando esa investidura de magistrados, la hemos tomado de cualquier guardarropa, seguramente no se corresponde a nuestra talla, no estamos habilitados o empoderados como jueces, por lo que no tenemos el derecho de declarar y por tanto menos  de enjuiciar, como el dueño de la toga.

La emisión de un juicio sobre algo o sobre alguien, que es aún más delicado, normalmente lo hacemos desde nuestro punto de vista. Emitimos un juicio por el solo hecho de como es el comportamiento de ese algo o alguien, de como lo estamos viendo desde el exterior. Con frecuencia, cuando emitimos juicios, solo consideramos lo que vemos o sentimos y lo que es aún peor, sin tener la autoridad para juzgar, ya sea por el momento, porque del tema no somos expertos o porque no nos hemos colocado los zapatos de quien juzgamos.

Las expresiones de las personas, sus frases, la forma de estar o de vestir, los resultados externos de una situación o las consecuencias que vemos o sentimos, nunca son elementos suficientes para juzgar.

Todo  lo que pasa a nuestro alrededor,  las personas, son (somos) sistemas muy complejos, no solo lo que vemos o percibimos de ellos es de lo que están o estamos integrados. Existen muchas relaciones internas, emociones, causas y efectos visibles o no, no solo de apariencias están hechas las personas o las instituciones.

Esto que suena y es muy complejo, podemos simplificarlo diciendo que no podemos emitir juicios de algo o alguien, solo por la última expresión de lo que hemos visto, como habitualmente lo hacemos. No juzguemos el interior de la cúpula por solo haber apreciado su exterior.

Hagamos el ejercicio de tomar un par de zapatos al azar, calcemos los mismos sin saber que vamos hacer en el día y salgamos a enfrentar la vida... es muy probable que luego estemos agotados, fastidiados, incómodos por no haber tomado los zapatos correctos. ¿Qué puede pensar quien nos vea desde la acera del frente, quién nos juzgue por nuestro caminar, por nuestras caras, estará consciente de cómo nos sentimos, qué queremos hacer, para dónde vamos y por dónde?, porque nuestras expresiones no serán solo el resultado de cómo nos sentimos en nuestro calzado. ¿Esa persona que nos juzgue, tendrá la investidura para poder pensar y hasta opinar de nosotros, de lo que cree somos, nos sentimos y pudiéramos ser o hacer, como habitualmente se hace al enjuiciar?

Bueno, ya que nos hemos ejercitado pensando el por qué los demás no deben  juzgarnos a primera mano, por qué no tomamos la lección para cuando nos creamos con derecho de ser jueces. Pongámonos en los zapatos de quien va por la acera del frente.

Sí, sí que podemos juzgar y a quien primero debemos aprender a juzgarnos es a nosotros mismos. Muchas de nuestras dificultades para avanzar, está en no haber aprendido cómo funciona el semáforo de nuestros juicios, a no creer en ese semáforo, a no tener confianza en nuestras propias evaluaciones, porque estamos siempre pendientes de lo que los otros dirán o enjuiciaran de lo que somos o pretendemos ser o hacer.

Seamos, con los juicios para con nosotros y por supuesto para con los demás, confiables, es decir no emitamos declaraciones sin bases o con muy pocas, seamos consecuentes y coherentes  como los semáforos, que siempre sus luces indican lo mismo, tienen un orden, no usemos el semáforo equivocado, el juicio que podamos tener para algo, no necesariamente es válido y útil para otras personas o circunstancias. Los juicios y nuestras posiciones siempre deberán estar en concordancia con la situación, el momento y el tiempo en el que vivimos. Preferible por eso, callar que juzgar sin tener capacidad para ello.

Nuestros juicios siempre serán elementos de relación humana. El camino que nos trazamos a nuestras metas, está lleno de personas e instituciones, usemos nuestros juicios ponderadamente para que nuestra vía se facilite, de lo contrario nuestros malos juicios construirán murallas en nuestra ruta.

Así podremos emitir juicios razonables y razonados. Cuando enjuiciemos,  primero calcemos los zapatos de quien juzgamos.

Alberto Moreno T.
10 de Agosto de 2014

lunes, 4 de agosto de 2014

Sueños... pasión y compromiso

Sueños...
Siempre se asocian los sueños, las metas, con algo inalcanzable o interminable, etéreo, subido en una nube, sin sentido.

   Catedral de La Sagrada Familia. Barcelona. España.                                              Agosto 2011   © amorenot

Un Sueño, visto solo como eso que un día pensamos tener o ser, o que por muchos años deseamos y sigue allí sin ser realizado y lejano, pues en verdad ese sueño es solo una nube, es algo que nos puede llenar de frustraciones, "de si algún día...", "de por qué no lo he logrado?", “será que no es para mí”. 

La Pasión, confusa emoción, siempre relacionada con el amor y con razón, porque el amor es querer y la Pasión es la forma más profunda del querer y para amar a algo o a alguien, nos debe apasionar. Nos apasionamos por lo que somos hasta capaces de morir, de ser sin tener, de vivir sin conocer, sin tiempo ni lugar; con pasión no hay precio y sin pasión no hay interés, las cosas se vuelven monótonas, tristes y las hacemos por obligación. La pasión también la asociamos a locura y desenfreno y es así, si no está de alguna manera atajada por la razón.

El Compromiso, algo que con frecuencia se nos pide, desde lo religioso, desde lo amoroso, se nos pide compromiso para con nuestro trabajo, políticamente se nos pide que nos comprometamos por una causa, con un líder, es el compromiso una actitud que se nos exige, cuando el compromiso solo se logra si sale de nosotros mismos, el compromiso es un acuerdo con nuestro propio yo.

Cuando nos apasionamos y no solo amorosamente, cuando nos apasionamos con nuestras competencias, con nuestras capacidades, cuando nos apasionamos por una actividad de nuestras vidas, con nuestro trabajo, por un arte, seguro que damos el todo y nos comprometemos con aquello que para otros es imposible o impensable. Amarrar Pasión y Compromiso nos hace luchar, mejor decir disfrutar, sin precio, sin pago, sin lugar y sin tiempo. El compromiso es la razón que ataja la pasión. 

Cuando nos comprometemos con nuestra pasión, no hay distancias, las barreras se caen a nuestros pies, porque la satisfacción de lo que nos apasiona, nos llena nuestras necesidades superiores, nuestra autoestima se dispara y llegamos a la realización… allí está la felicidad.

Y aquí en este punto, cuando nos sentamos a recrear nuestras metas,  a bajar nuestros sueños de la nube y convertirlos en algodón de azúcar, debemos de hacerlos coincidir con nuestras pasiones, con nuestra capacidad de comprometernos, esos sueños estarán a nuestro alcance, serán realizables.

Este es el secreto para convertir nuestros sueños en algo palpable, real, cuando esos sueños están llenos de cosas que nos apasionan y nos comprometemos con ellas.

Esa pasión y el compromiso  por ese oficio, por ese arte, por esa competencia, llenará nuestra escala de necesidades, la carga de cubrir aquellas necesidades básicas, se verá recompensada con la satisfacción del reconocimiento social y de la propia estima, basado en confianza de lo que logramos y somos, para finalmente sentirnos realizados, como cúspide de nuestro crecimiento, es decir del logro de nuestros sueños.

Un sueño con pasión y compromiso, es como una gran catedral, que aunque su Arquitecto no la viese acabada, tendrá vida propia y sobrepasará su existencia.  


Un sueño lleno de pasiones y en el que nos comprometemos, es un sueño con los caminos hechos y con un caminante lleno de energía para transitarlo.

Alberto Moreno T.
4 de Agosto 2014.

In memoria a mi +padre que mañana cumpliría 100 años, que fue un cabalgador de sueños y hoy sigue empujando los nuestros.  




Ing. Alberto Moreno T.