lunes, 27 de octubre de 2014

No dejes pasar el tren...


En muchas ocasiones nos hemos lamentado de haber dejado pasar oportunidades, seguramente que hacemos este comentario, luego de haber pasado días o hasta muchos años y con frecuencia llegamos a pensar que si hubiésemos tomado esa oportunidad, nuestra vida sería distinta hoy en día.


 "Flor en Realidad Aumentada”  Phalaenopsis                                          Octub. 2014 @morenot

Mirando en nuestro alrededor, también encontramos personas de las cuales comentamos lo contrario, han sabido aprovechar las oportunidades que se le han presentado, han desarrollado sus carreras y van o han llegado a sus metas y sus sueños.

Si recopilamos algunos de nuestros consejos anteriores, ellos han tenido que ver con metas, planes, competencias, rutas y caminos, compromisos y pasiones. Seguro que muchos de nosotros de una forma u otra hemos planificado nuestras carreras, nuestras vía al éxito y la felicidad y aun así llegamos a decir, "es que perdimos la oportunidad, no la vimos, este no es el camino".

Y qué es lo que ha faltado o fallado?

Los caminos a nuestros sueños han estado y estarán llenos de encrucijadas, momentos y espacios donde debemos de tomar decisiones y encontrar la verdadera oportunidad.

No son tan evidentes las oportunidades en las encrucijadas de nuestras vidas, no están escritas en los carteles de salida, en las flechas de cruce de camino. Las oportunidades están escritas en letras pequeñas o por medio de señales que sugieren la vía a tomar, pero no lo dicen expresamente, las oportunidades están escritas en letras a futuro.

¿Entonces visto lo anterior debemos de convertirnos en adivinadores?, leer el oráculo, las cartas, el horóscopo, pues no, no es necesario ni en nada  esto va a ayudar, más que en crear falsas expectativas (respetando a quienes trabajan estas artes).

Posiblemente hay algo en común entre las personas que manejan estas artes de adivinación y lo que nosotros debemos de practicar para encontrar esas oportunidades... La Toma de Consciencia, La Observación.

Con muchísima frecuencia vamos por la vida, sin tener consciencia, sin observar, sin escuchar lo que está pasando en nuestro alrededor, más aun sin percibir que nos está sucediendo a nosotros mismos, sin mirarnos ni sentirnos interiormente, sin sentir nuestro cuerpo. Vamos absortos esperando que alguien nos diga: "esta es la oportunidad de tu vida"

 "La Consciencia de uno mismo consiste en saber que se experimenta" "la consciencia consiste en saber lo que sucede alrededor de uno" John Whitmore

Si tomamos en cuenta nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo interior, debemos empezar a tomar consciencia de todo los que nos pasa, desde nuestra respiración, nuestro fluir de la sangre, cómo percibe nuestro cuerpo el entorno, solo unos minutos verificando como respiramos o la sensación al pasar el peine sobre nuestra cabeza, el agua corriendo sobre nuestra piel, qué es más caliente o más frío, qué nos agrada o nos molesta, si logramos entender esa compleja sencillez de nuestro cuerpo, podemos avanzar a intentar sentir nuestras emociones, qué nos gusta y nos disgusta, lo que pensamos, lo que queremos, en fin lo que sentimos emocionalmente, de una forma plena.

Al ejercitarnos en la toma de consciencia, lograremos percibir, para luego controlar ese respirar interior que son nuestras emociones. Suena difícil, pero lo que tenemos que saber es: que lo que nos ocurre, no lo podemos modificar del todo, no lo podemos evitar, pero seguro que si podremos cambiar su ritmo, la forma como lo percibimos y como reaccionamos, así como cuando tomamos consciencia de nuestra respiración y la hacemos más rápida o pausada, más profunda o más superficial, así podremos hacer que nuestras emociones, pensamientos, deseos y pasiones fluyan lo más parecidas a lo que queremos y no a lo que pasa sin control, como quien desde un vehículo, solo ve pasar las cosas rápidamente, debemos tomar el volante y el acelerador de nuestra vida y disfrutarla, hacer que nuestras emociones y pensamientos, vayan al ritmo que queremos y de ser posible tomar o dejar lo que nos convenga.

Ahora podemos decir, que todo esto tiene muchísimo que ver con dejar pasara o no las oportunidades, tomar adecuadamente el camino correcto en el cruce correcto. Cuando ya nos hemos fijado una meta, sabemos desde donde partimos, sabemos el camino, tenemos nuestros bolsos llenos de competencias, debemos andar, debemos comprometernos, debemos de hacer coincidir los sueños con las pasiones y es allí donde tomar consciencia de nuestro entorno y de nosotros mismos, nos ayudara a decidir, cuales son los cruce correctos, porque vía están las oportunidades.

Debemos estar alertas como un buen conductor, leer las señales del camino y consultar el mapa, ajustar nuestro GPS. Tomar consciencia, nos permite seleccionar vías alternativas cuando alguno de las planificados están cerradas o no son las mejores.

Importante, podremos con nuestra percepción, decidir quién ha de ser nuestro compañero de viaje, nuestra pareja, nuestro coach, la ruta es larga y necesitamos compañía.

Percibir, tomar consciencia, nos permitirá darle el ritmo a nuestras vidas, saber qué pasión vamos a potenciar para llegar a nuestros sueños, qué compromiso nos hace respirar más cómodamente, qué pareja se parece más a quien deseamos disfrute con nuestra la felicidad.

El tomar consciencia nos facilita verificar cual será "La oportunidad de nuestras vidas"

El tomar consciencia es imaginarnos como aquella "Flor en Realidad Aumentada", nuestras vidas pueden ser igual de maravillosas en nuestro entorno que en nuestro interior. 

El ser más perceptivos de lo que nos acontece o sucede a nuestro lado, nos permite leer las letras pequeñas de los avisos, avizorar con la ayuda de nuestros mapas las indicaciones de los caminos que se abrirán en nuestro futuro.

No dejemos pasar el tren de la oportunidad... tomemos consciencia de nosotros mismos, de lo que somos, podemos y queremos, disfrutemos a plenitud nuestras pasiones y la felicidad, que probablemente la tenemos a nuestro lado, en todas las cosas sencillas de la vida a las que nos les damos importancia.

Alberto Moreno T.
27 de octubre de 2014

lunes, 20 de octubre de 2014

Amalgama tus Metas…

Amalgama tus Metas…
La Pasión, confusa emoción, siempre relacionada con el amor y con razón, porque el amor es querer y la Pasión es la forma más profunda del querer y para amar a algo o a alguien, nos debe apasionar. Nos apasionamos por lo que somos capaces de hasta morir, de ser sin tener, de vivir sin conocer, sin tiempo ni lugar; con pasión no hay precio y sin pasión no hay interés, las cosas se vuelven monótonas, tristes y las hacemos por obligación. La pasión también la asociamos a locura y desenfreno y es así, si no está de alguna manera atajada por la razón.

Hablar de tener un sueño, una meta, en muchos casos se hace fácil si se dice sin saber de qué hablamos y no le damos prioridades

Igualmente hablar de la pasión, mejor de lo que nos apasiona también pudiera tomarse de una forma fácil si no le damos su verdadero peso.

Poniéndome en los tenis de ustedes y de los que en otros momentos he tenido que calzar, puedo decir que no, que no es fácil hablar de sueños y pasiones, mejor no es fácil saber cuáles son nuestros verdaderos y más anhelados sueños y pasiones.

Aisladamente es muy difícil definir nuestras metas. Así como aisladamente es muy fácil confundir cuales son nuestras pasiones.

En otras oportunidades he hablado de estos dos términos,  como si fuese obvio y es ahora que buscando un mejor desarrollo de los mapas, buscando que las rutas puedan ser bien seleccionadas, considero que es importante aprender a poner el dedo en el lugar a dónde queremos.

Cómo conseguir esa pasión, que no desenfreno, que nos animen a la meta?
Cómo conseguir esos sueños, que podamos realizar con pasión?

Y en estas dos frases está la clave... sí, la clave está en poder identificar todas aquellas cosas, que queremos ser, desde lo más profundo de nuestros sentimientos, poder definir ese estado anímico y real en el que queremos estar mañana, que podamos disfrutar por lo que somos capaces de hasta morir, de ser sin tener, de vivir sin conocer, sin tiempo ni lugar,  haciéndolo con pasión.

Si mezclamos la infinidad de pensamientos de querer ser, con nuestras pasiones y los tamizamos sobre un cedazo de compromiso, pasaran por él los sueños y metas  con las que nos comprometemos sin precio, sin distancia y sin tiempo, apasionadamente.

Visto que los verdaderos sueños y metas no se pueden separar de nuestras pasiones y compromisos, el secreto para encontrarlos es seleccionar entre nuestros deseos, aquellos que cumplen con estas reglas.

No significa que solo habrán metas con pasión, todo camino tiene extensión y en él, donde descansar, donde percibir que vamos al lugar correcto, donde satisfacernos previamente de los pasos cumplidos, de las caídas y esfuerzos al levantarnos. Todo esto alimentara nuestro compromiso y hará apasionadas nuestras metas más esperadas.

Amalgama tus  Metas con Pasión, que no habrá camino pesado… y al final encontrarás tesoros de Felicidad.

Alberto Moreno T.

20 de Octubre de 2014.







domingo, 12 de octubre de 2014

A pesar de las tormentas…

puedo logra mis sueños.

Con muchísima frecuencia encontramos, oímos historias de esos personajes que denominamos héroes, de esos personajes, que enfrentándose a momentos difíciles, complicados, en muchos casos extenuantes, han logrado superarlos y  han tomado de las manos o en sus brazos a quien a su lado estuvo agotado, vencido e incluso al borde de la muerte. También encontramos esas personas que, en condiciones para otros desfavorables o no propicias, han recorrido un camino y logrado cometidos y sueños que nos hubiesen gustado fuesen propios.

Normalmente estas personas disponen de una condición que se denomina Resiliencia. Son como ríos.


Río andino, Mérida Veneauela.                                                  Octubre 2008  © amorenot 

Para luego poder entender de forma más sencilla esta condición, me voy a permitir dar inicialmente una definición algo más científica. Resiliencia es la capacidad que tiene un objeto, de guardar energía cuando sufre una deformación o alteración y luego lograr con ella regresar a su estado original (un resorte tiene una alta resiliencia).

En los ejemplos descritos de héroes y de personas exitosas aun en momentos de crisis,  lo fundamental de ellos es que aun habiendo sido sometidos a momentos que alteraban su estado, soportaron los mismos (como el material descrito), para luego de cesar o no existir más la deformación o condición perturbadora, retornar  a su capacidad o condición original, con igual o mayor ímpetu.

Esta condición de resiliencia, la podemos percibir de forma muy clara en deportistas como los alpinistas, quienes han de pasar por condiciones extremas en sus rutas, mas de forma consecuente, con coraje, con compromiso, con paciencia y tesón, continúan adelante en búsqueda de la meta, de su cima y aun habiéndola logrado tienen la capacidad de enfrentarse a un retorno que normalmente no es fácil, hasta volver al lugar de origen, pero con un sueño logrado.

Todas las personas, grupos de personas y sociedades, tienen capacidad de resiliencia, es decir tiene tesón, coraje, tienen sobre todo compromiso con lo que se quiere lograr, individual o colectivamente, esto último, lo hemos visto mucho en los pueblos que luego de sufrir grandes calamidades naturales o derivadas del mismo hombre como las guerras, han sabido sobreponerse y salir adelante..."como el ave fénix".

En otras oportunidades, he hablado del compromiso, esta es una cualidad, básicamente de índole individual, con la cual cada uno de nosotros enfrentamos los retos, metas o sueños, determinando que actuaremos consecuentemente para su logro, es decir aceptamos que conociendo que los caminos, las travesías, no siempre son fáciles, las vamos a recorrer porque el fin está en el otro extremo.

La resiliencia, es esa cualidad o virtud basada en el compromiso y que podemos cultivar si conjugamos los verbos: “ser”, “estar”,  “tener” y “poder” en primera persona, Yo… soy, estoy, tengo y puedo.

“Yo soy”, nos define como personas, como seres similares a los demás pero únicos, determina que tenemos la capacidad propia de determinación, que podemos participar en la sociedad en múltiples actividades pero la decisión ha de ser nuestra, al conjugar “ser” en primera persona, Yo…

“Yo estoy”, nos define donde estamos, que aceptamos la condición geográfica, física y emocional en la que vivimos, reconocemos nuestro entorno, lo podemos situar referencialmente con nuestros sueños, deseos, metas, percibimos el estatus, nuestra zona de confort, el hábitus en el que vivimos y convivimos.

“Yo tengo”, nos permite establecer cuáles son nuestros recursos, materiales, intelectuales, formativos y competencias. Con el yo tengo, podemos determinar, nuestras carencias y/o fortalezas, con que nos sentimos agradados, que nos acerca a nuestros gustos y pasiones, así como qué debemos adquirir para hacer camino a nuestras metas, con qué nos hemos de enriquecer o nutrirnos para esos logros.

Y finalmente “Yo puedo” es la aceptación de los anteriores verbos, que en un todo nos permite colocar nuestra autoestima a un nivel de reconocimiento de forma sinérgica, es decir complementándose unos a otros, aceptando que el origen puede estar lejos de la meta, pero que con los recursos y el uso de las decisiones personales “podemos” enfrentar la ruta.

Cual río que sortea las montañas y rocas, que toma energía en las caídas y se calma en los lagos, que persigue sus metas y sin descanso finalmente volverá a ser nube, así debemos de enfrentar las dificultades, así aprovechar los momentos tranquilos para darnos un aire y continuar, con coherencia, con tesón, con coraje, con humildad y con bríos, en fin con una gran dosis de Resiliencia, que no es otra cosa que: “Yo soy, estoy, tengo y a pesar de las tormentas puedo lograr mis sueños.”  

Alberto Moreno T.
12 de Octubre de 2014






o razones 

lunes, 6 de octubre de 2014

Icemos velas...levantemos anclas

Un dulce brisa, nos trae recuerdos de intensa sal, aroma conocidos y queridos, de caldereta de la abuela, poderosa brisa la de nuestros recuerdos, sentimos el rocío disperso en ella, nos moja y arropa como una suave manta, como piel del ser amado. Alegre y vigorosa, que no podemos desperdiciar para izar velas e iniciar el viaje. 



                                         Velero. Pto Barcelona.                                                                                       Sept. 2013 © amorenot


Los recuerdos son poderosas armas que desde nuestro interior, nos dan fuerza para partir, o nos anclan para no dejarnos ir.

Los buenos marineros saben cuándo estos vientos son propicios para iniciar el viaje, miran sus mástiles, preparan sus cabos y sabiendo usar su compañía y sus competencias, tiran de la velas y las tensan, las orientan y ponen rumbo a sus metas, al puerto de sus sueños.

Y también saben... cuándo levantar anclas y en que momento echarlas, saben que cuando se quiere partir, el ancla se ha de subir y que cuando se ha llegado a buen puerto, el ancla ha de fondear.

Como marineros, icemos las velas y emprendamos camino, faltan muchas millas por recorrer, tomemos nuestros mapas, orientemos la brújula, demos al timonel de nuestras emociones y pasiones, las órdenes para que dirija el velero a esos mares que siempre  soñamos y advirtámosle que habrá tormentas en el camino, si siempre mantenemos rumbo cierto, más temprano que tarde llegaremos.

Para llegar a nuestras metas, es necesario mantener claro de donde partimos, definir el punto de llegada y porque deseamos estar allí, eso se llama ir a nuestras pasiones.

Mantener el norte, lo da la claridad de los principios, en base a ellos sabremos cuando ajustar el rumbo, cuando un faro nos ilumina y nos previene de las rocas, de  los inconvenientes, de los bajos fondos.

Nuestro mapa de ruta, la guía del camino a seguir y las indicaciones de lo que hemos de llevar, nos asegurara que nuestros sueños, sean logrados.
Los vientos necesarios vendrán de nuestro compromiso, tan fuerte como sean nos hará navegar más pronto y rápido.

Las velas para aprovechar los vientos, son nuestras competencias y educación, algunas rotas y luego remendadas tras las tormentas,  pero curtidas y tensas mantendrán la firmeza del viaje.



Los cabos para atarlas tan fuertes como nuestra formación, ni las mareas ni las tormentas por las que hemos de pasar, los han de reventar.  









Las anclas, en nuestro puerto de partida, son las limitantes que hemos de vencer y en el puerto de llegada, han de ser tiradas para asegurar nuestro velero al encontrar nuestras querencias, a las que nos ataremos cuando lleguemos a nuestros sueños.







Disfrutaremos de la brisa, de los olores de las playas, de la tranquilidad de la bahía a la que hemos llegado, disfrutemos de la calidez del sol que finalmente hemos podido encontrar.

No esperemos, icemos velas, levantemos anclas, emprendamos rumbo…

Alberto Moreno T.
06 de Octubre de 2014


Ing. Alberto Moreno T.