Difícilmente podremos caminar si no
mantenemos el equilibrio, este proceso biológico, desarrollado por los seres
vivos superiores, implica el mover el organismo, el cuerpo de forma, rítmica.
Cuando el andar y hablemos solo de nosotros los humanos, se realiza de esta
forma equilibrada, se hace como algo natural que no llegamos a percibir, que no
ejecutamos normalmente de forma consciente. También en el caso humano, podemos
permitirnos por nuestro grado de desarrollo, movilizarnos de una forma no
natural, es decir usando otro compás, rompiendo la rítmica, retrocediendo
al andar en cuatro extremidades, en fin hasta lograr hacer movimientos muy
complejos y bellos como los que ejecutan los atletas de gimnasia rítmica,
ballet o patinaje sobre hielo.
Dama danzando. Escultura. Richard
MacDonald
MEAM Barcelona España
Mayo 2014 © amorenot
Me permito pedirles, que tomen un momento
y se observen como caminan por un trecho, a ser posible como corren y hasta
como bailan, miren su cuerpo, sientan cada una de las partes que se mueven para
poder andar, correr, bailar, etc. si es posible intenten verificar por que no se
caen, como es su ritmo, que parte del cuerpo se mueve y luego que
otra lo hace en contraposición, como una de las partes del cuerpo hace
contrapeso a otra. Tómense la molestia de ver una escena de ballet, esquí o
cualquiera de esas bellas disciplinas y observen como el cuerpo del artista va
en equilibrio, como aun cuando vamos o giramos en una dirección otras partes
del cuerpo apuntan o se mueven opuestamente, como hay un extraordinario y bello
balanceo, sobre todo cuando nos acercamos a esas extraordinarias artes de la
danza, del esquí, del nado sincronizado, del yoga.
Así como la sincronía, el equilibrio en
nuestros movimientos, son elementos fundamentales, en especial cuando queremos
perfeccionarnos en un arte donde nuestros movimientos son el centro, estas
características y cualidades nos permiten lograr eso que parece sencillo y a la
vez tan complejo como es el movernos. así es nuestro andar por la
vida, sencillo y complejo a la vez, aquí no hablo del caminar, hablo
de la forma como vivimos, como balanceamos todas nuestras actividades en todas
los momentos de nuestra existencia.
Nuestros sueños, no están construidos desde un solo punto de vista (y
si así los hemos imaginado, debemos de revisarlos), el transcurrir
hacia un estado de felicidad está conformado por muchos aspectos de nuestras
vidas: nuestra faceta personal por supuesto, la visión familiar, como nos vemos
laboralmente, como nos deseamos económicamente, como nos percibimos en ese
sueño ante la sociedad o religiosamente, en nuestro entorno, desde nuestros
valores y principios.
Cuando vamos hacia un sueño, hacia la
perfección de nuestras vidas, hacia ese estado de felicidad, es como cuando nos
proponemos una de esas artes personales basadas en el movimiento o inclusive
hasta en la inmovilidad como el yoga, debemos de equilibrar cada parte de
nuestro organismo, debemos de contraponer cada parte de nuestras
vidas, debemos acompasarlas, como decimos en coaching debemos lograr hacer
rapport con nuestro entorno, que lo que vivimos este en concordancia con como
lo deseamos vivir.
Aun en los casos en que por razones que no
vienen al caso, fisiológicamente nuestro cuerpo no sea perfecto o tuviese
algunas limitaciones, siempre al final vamos a lograr un andar en equilibrio,
desde el otro punto de vista, aunque en nuestras vidas una de nuestras facetas
no estuviese o fuese imperfecta, aun así podemos logra unas metas
unos sueños una danza de felicidad en equilibrio, en equilibrio de todo lo
que somos y podemos ser.
Una piedra en el zapato, nos hará caminar
de forma incómoda, pero al final siempre tendremos el momento para retirarla y
seguir el andar, lo importante es nuestras vidas es saber percibir esas
incomodidades, que nos hacen perder nuestras perfecciones, que no dejan que
vivamos en equilibrio, acompasadamente, tomémonos el tiempo para eliminar esa
imperfección, para pulir esa cara de nuestras vidas y poder correr vigorosamente
al compás de nuestros sueños.
Permitamos que cada una de
nuestras actividades o partes de nuestras vidas estén en equilibrio, con
nuestras responsabilidades laborales, con la sociedad, con nuestros principio y
valores personales, nuestra humanidad y salud, el amor por nosotros mismos y
por quienes nos rodean, el respeto por nuestro entorno social y natural, todo
lo que nos conforma tiene un peso específico y si lo logramos colocar en su
lugar justo, nuestras vidas podrán girar a la velocidad que deseamos y en cada
giro se verá la belleza de la coherencia, del sincronismo, del respeto de lo
uno para lo otro.
De otra forma si alguno de los roles que
nos toca vivir, se sobrepone o impone, no dejara aflorar lo otro que somos o
debemos ser, seremos como esos cuerpos descentrados que al hacerlos girar,
rápidamente pierden el equilibrio y caen, ya no giran más. No dejemos que solo
el trabajo o el placer personal, la iglesia o los que nos acompañen sean los
que rijan y dominen nuestras vidas, no vivamos solo para algo, así nunca podremos
girar, nunca podremos danzar, tampoco podremos adoptar una posición
contemplativa, no habrá equilibrio, no serán posibles los sueños y las metas.
Brillemos como piedra preciosa, desde todas las caras, en cada una con matiz diferente, pero con luz
propia, que se nos vea como irradiamos, que somos luz en difracción...
arco iris bellamente equilibrado.
Nuestra vida ha de ser una danza, natural,
fluida y que ella misma vibre en resonancia con el mundo en que danzamos.
Bien vivir es danzar acompasado… en
equilibrio con las extremidades de nuestra existencia.
Alberto Moreno T.
Caracas 22 Nov. 2014