lunes, 5 de octubre de 2015

Flexibilidad y Adaptación

Desde todos los tiempos, hemos visto la gran variedad de árboles y especies vegetales que nos rodean, nos deleitan y dan frescor, ente sus troncos caminamos apacibles o sentimos mucho respeto cuando se hacen selvas. Vemos siempre o casi siempre su crecimiento vertical, sus ramas que como brazos van intentado asirse de las nubes, se balancean con maravillosa flexibilidad al pasar de los vientos, se inclinan buscando los mejores rayos de sol, adaptando sus troncos en la búsqueda de su luz.

               Selva Tropical. Yaracuy.                                                                                © @amorenot Sep 2010 

Igual que los arboles podemos ver las veredas y caminos, ondulantes entre las montañas, cual cuerdas tendidas sobre los campos, adaptando sus figuras de polvo a la geografía, para llevar finalmente los caminantes al destino.

En muchas oportunidades nuestros padres y maestros nos han dado la instrucción de ser rectos, de no perder en ningún momento el norte y cuantas veces nos hemos encontrado en esa vía de rectitud, con  tropiezos insalvables, con esas normas de sociedad, de familia que no nos permiten pasar por alto. La formación tradicional se ha regido por siglos, en leyes y cánones sin variaciones al paso de los tiempos, en muchos casos sin actualizarse a los momentos actuales.

Los arboles como seres vivientes, naturales, así como los caminos reflejos del fluir de las sociedades, no son todos rectos e iguales, sin variación, se adaptaron, movieron sus ramas y troncos, sus rutas fueron flexibles y por eso siguen allí.

Cada uno de nosotros debemos de estar claros de nuestro rol, de nuestras metas, de los sueños, ese es el sentido... llegar a ellos de la mejor manera, no necesariamente de la manera más recta o siempre de la misma forma, en fin debemos de llegar, para lo cual nos debemos adaptar, ser flexibles antes los vientos que se nos presentan en nuestras vidas.

La característica de las personas con resiliencia, es la de ser capaces de seguir luchando, insistiendo, aun después de las tormentas o momentos difíciles, que logran tener el empuje para insistir y continuar, es un ejemplo de flexibilidad y adaptación, es el mismo fenómeno que permite a un árbol enderezar su tronco luego de pasada la tormenta y salir erguido a buscar nuevamente la luz del sol. Esa flexibilidad es la que debemos tener para poder soportar con firmeza los momentos de lucha, sin ser arrancado de nuestros ideales, para volver a la búsqueda de nuestros sueños.

En nuestra lucha diaria, tenemos que acostumbrarnos a desarrollar la capacidad de resiliencia, dicho de forma más sencilla, la capacidad de flexibilidad y adaptación, aprender a soportar los momentos difíciles, inclinando nuestro nuestras actuaciones para permitir o aceptar la existencia de otras ideas, formas o acciones, sin dejar de mantener entereza en nuestros principios y saberlos exponer erguidos en el momento justo, sin quebrar nuestros valores, que nos darán la fuerza para volver a levantarnos.

La capacidad de adaptación nos permite acercarnos de forma más intima a lo que queremos, nuevamente nuestros valores no son elementos rígidos, al contrario permiten que nuestras formas de pensar se amolden a las circunstancias, sin perder la esencia de lo que somos. Ser adaptables nos permite también respetar a los demás, a sus ideas y comportamientos.

Debemos de ser como el arco de un cazador... flexible pero con mucha fuerza. Como el agua de un potente río, que se adapta al cauce, pero puede llegar a arrastra las rocas de la montaña.

También así debemos adaptar nuestros ímpetus, nuestras energías, las que hemos decidido tener para llegar a nuestras metas, las que han salido de nuestro compromiso con los ideales, debemos saber cuándo ser tranquilos o vigorosos y cuando flexibles o tensos.

La adaptación, nos permite encontrar la forma en la que mejor podremos estar en cada momento, sin perder la esencia de lo que somos, de lo que queremos y a dónde vamos. La adaptabilidad nos permite respetar el entorno en cual transitamos.

La flexibilidad nos permite que los momentos difíciles pasen a nuestro lado, como el viento a un lado del árbol. Nos permite dentro de esa flexibilidad guardar la tensión necesaria para recuperar nuestras fuerzas y al final llegar a nuestros sueños.

Alberto Moreno T.
Caracas 05 Septiembre de 2015

Ing. Alberto Moreno T.